The Walking Dead 4×11 – Claimed
Esta segunda parte de la temporada ha traído un aire fresco a la serie. Nuevos personajes, nuevos escenarios y sobre todo, nuevos hilos argumentales que arrancan a la serie de su letargo carcelario, dejando claro que The Walking Dead, donde más gana, es cuando apuesta por el Road Movie con esencia nómada. Los que somos fans del género, lo agradecemos.
El campamento de Atlanta, la granja de los Greene y la cárcel de Woodbury han pasado a mejor vida. Poco queda ya salvo algún flashback que nos llevaba a ver a Glenn abandonando los últimos restos de una fortaleza asediada por el fuego y la muerte. En el cliffhanger del capítulo anterior nos presentaron a Abraham, que podemos aventurar que será personaje regular en lo que resta de temporada, y también la próxima. Eugene y Rosita aparecen como compañeros de viaje, con una supuesta misión de llegar a Whasington, donde la «élite» gubernativa trabaja en el tema de la infección. Después de 4 temporadas parece que por fin se empieza a hablar las cuestiones sobre las que todos teorizamos cuando nos sentamos a ver un apocalipsis zombie: el cómo y el por qué. Eugene parece tener información y probablemente será un tema al que la serie volverá en los próximos capítulos.
Lo que sí ha quedado claro es el bloque en el que ha quedado dividida la serie, provocado por la desordenada huida de la prisión. El primero se centra en Rick, Michonne y Carl, al que se suman Glenn y Abraham. El segundo bloque lo forman Daryl-Beth, Tyreese-Carol y Maggie. Una apuesta que de momento parece acertada ya que dedicar un capítulo en exclusiva a cada bloque permite abarcar más cuota de pantalla para cada personaje y por tanto, más posibilidad de desarrollarlo y de empatizar con él.
Hoy le ha tocado el turno a Michonne, personaje que es una auténtica mina. Ya sabíamos que tenía un bebé, ahora sabemos que se llamaba André Anthony, y que se le daba bien hacerle reir. Pocas veces hemos tenido la oportunidad de ver sonreir a Michonne, no hablo ya de ponerse a hacer morisquetas, que era algo inaudito viendo su prácticamente nula inexpresividad en la temporada anterior. Si no os ha puesto la piel de gallina verla en esa habitación llena de juguetes y cadáveres, más vale que os dediquéis otra cosa, como el Extreme Ironing.
Tomémonos un segundo para admirar el momento zen de Glenn, que cierra sus ojos e inspira antes de propinarle una buena hostia a Abraham, que se la estaba buscando. Eso mientras Eugene se dedica a vaciar un cargador contra el tanque del camión, incapaz de acertar a uno solo de los caminantes que se le acercan. Y luego encima tiene los cojones de decirle a Abraham que le haga caso porque él es más inteligente. Ole.
Tan peligrosos en este mundo son los muertos como los vivos. Hoy el momento de tensión y la mejor parte del capítulo se la llevó, como no, Rick. No sabemos si la banda de tios armados que irrumpieron en la casa eran los Hunters que aparecen en el cómic más o menos a ésta altura de la historia, pero sin duda parecían unos auténticos cafres, capaces de matarse unos a otros por un simple colchón.
Sigilo y acción, nuestro héroe está entrenado para ambas situaciones, y es un gustazo verlo actuar. Andrew Lincoln lo borda en cada escena. No sé a que esperan para darle un Emmy. Estuvo nominado a un Saturn Awards en 2010 y poco más. Yo soy de los que piensa que quizá la serie sufre demasiados altibajos para poder brindarle este reconocimiento. Pero se lo merece, sin duda.
En fin, sobre los nuevos personajes mantengo mis reservas. Abraham es un personaje muy potente en el cómic, así que esperemos que Michael Cudlitz esté a la altura. Eugene y Rosita son personajes menores, así que con que defiendan el papel será suficiente. Pero de Abraham se espera mucho más, y horas de gimnasio este verano, también. He visto a camioneros con más bíceps.